Cómo diseñar un empaque para un producto
De entre todos los medios de publicidad en los que invierte una marca, el diseño de empaque es uno de los más presentes en la vida del consumidor, desde su habilidad de establecer una relación con uno de los sentidos más sub-utilizados en la publicidad, el tacto, acompañando al usuario en sus actividades cotidianas, desde las más íntimas hasta las más mundanas.
La relevancia comercial de la creación de empaques creativos para las marcas de consumo es alta y estratégica, ya que se estima que un consumidor tarda menos de un segundo en escanear visualmente el anaquel de un supermercado o comercio, y aproximadamente 7 segundos en tomar una decisión de compra.
Por supuesto las marcas quieren asegurarse que sus productos sean los elegidos, y que estimulen conductas positivas en sus clientes; un empaque cumple su función de atracción cuando un consumidor lo toma en sus manos e intenta saber más de sus características a través de la información de empaque.
Una de las características del diseño de empaque es su naturaleza tridimensional, la cual la distingue de otras disciplinas creativas. Además de los elementos visuales, hay otras consideraciones como el diseño de la estructura, las características de los materiales de empaque o las capacidades de manufactura de los impresores de empaque.
No todos los tipos de empaques tienen la misma relación con el usuario. Algunos empaques tienen un rol puramente funcional en la protección del producto para asistir el proceso de entrega y transportación del producto. A éste tipo le llamamos empaque secundario, ya que las cajas y estructuras plásticas encargadas de proteger el producto durante su transportación no tienen el mismo impacto en las ventas como el empaque primario que sí interactúa directamente con los consumidores en el anaquel.
A veces hay otros tipos de estructuras y cajas diseñadas para contener al empaque primario, el cuál exhibe el branding de la marca, éstas cajas también tienen un rol estratégico en la seducción del consumidor por su capacidad de atraer, captar la atención y convencer al usuario en la cortísima brecha de milésimas de segundo que pueden definir una compra.
Finalmente hay un último tipo de empaque que es parte intrínseca del producto, y ayuda al consumidor en el proceso de consumo, aplicación o uso, como es el caso del empaque de las pastas de dientes, las bebidas como los refrescos en empaque de lata o plástico, o las cajas de cereal, ya que son el medio a través del cual las marcas entregan su producto y hacen patente su promesa de marca.
Debido a la posición tan cercana y a veces íntima en la vida de los consumidores, el empaque se ha convertido en un reflejo de nuestro estilo de vida y valores, hablándonos no solo como consumidores, sino también conectando con nuestras emociones, nuestros deseos y todo lo que comprende nuestra humanidad. Un buen diseño de empaque cuenta la historia de un producto de una manera especial para que juegue un rol preponderante y decisivo en el momento de la compra.